Hace algunos años convoque a varios amigos y colegas a participar en la formación de un grupo académico sobre los territorios kársticos de México, con énfasis en los de la península de Yucatán ya que allí vivíamos la mayoría de miembros fundadores. Yo me formé como biólogo en el centro del país, lejos de los territorios kársticos, de manera que después de vivir 14 años en Yucatán terminé comprendiendo que los paisajes kársticos funcionan de manera muy diferente a los paisajes geográficos del centro del país. Entonces, junto con mis colegas y amigos formamos la “Asociación mexicana de estudios sobre el karst” (AMEK) en el 2017.

Aquí debo hacer un paréntesis para decir que los biólogos usamos el concepto “Ecosistema” y, más recientemente se utiliza el término “sociosistema” para incluir a las comunidades humanas. Por su parte, los geógrafos usan los conceptos “paisaje” para referirse al medio físico y la biota; y “Territorio” para incluir las actividades humanas. También hay otros términos, como geosistema, geoecosistemas, unidades ambientales, zonas ambientales. En este texto usaré el término “Ecosistema” como sinónimo de paisaje físico-geográfico, es decir, medio físico y biota. Entonces los ecosistemas kársticos tienen una estructura y función particular pero variada, muy diferentes a los ecosistemas volcánicos, metamórficos y fluviales, por nombrar algunos. El elemento en común es la roca sedimentaria soluble, calizas, dolomitas y yesos principalmente.

En la AMEK, no hemos dedicado a estudiar, así como a divulgar y difundir los conocimientos sobre los ecosistemas kársticos, destruyendo los mitos sobre él. Una particularidad de los ecosistemas kársticos es que, para manejarlos bien, de manera sustentable, debemos conocerlos por arriba y por abajo. Ahora hablaremos sobre como pueden verse por arriba.

Para estudiar el karst por arriba, podemos hacer uso de la geopedología desarrollada por el Dr J.A. Zinck (2012). En pocas palabras consiste en el estudio del relieve como base cartográfica para la elaboración de mapas de suelo; sin embargo, también podemos hacer uso de ella para hace los mapas de los ecosistemas. El relive es la base porque es el elemento del medio físico que se puede mapear con mayor precisión, haciendo uso del modelo digital de elevación.

Ambientes morfogenéticos en el estado de Yucatán

En primera instancia se identifican los objetos más evidentes, planicies, lomas, montañas. Proseguimos con los detalles de posición, altitud, inclinación, composición y su relación con sus vecinos. Conviene ir asociado los elementos del relieve a procesos, por ejemplo, de erosión, depósito, dilución,

En la península de Yucatán es una “geoestructura” o provincia fisiográfica, una gran porción de territorio con homogeneidad geológica a escala 1:1000 000 o menor, en este caso la roca caliza. Esta geoestructura o provincia fisiográfica está compuesta por grandez zonas denominadas “ambientes geomorfogenéticos” a escala 1:500 000, algo así como las subprovincias fisiográficas del INEGI. Los ambientes geomorfogenéticos son las zonas en las cuales hay particularidades funcionales (procesos) que tienen que ver con estructuras diferentes como, por ejemplo, ambiente kárstico disolutivo, ambiente estructural tectónico de karst positivo o tecto-kárstico, ambiente erosivo-acumulativo costero-kársticos, ambiente de depósito de sedimentos tipo palustre-kárstico, entre otros. En la figura se pueden observar cinco ambientes morfogenéticos donde el ambiente kárstico debe ser dividido en reciente, juvenil y maduro, lo que daría un total de ocho.

Los ambientes geomorfogenéticos se componen de paisajes geomorfológicos que se estudian a escala 1:250 000, sistemas terrestres dicen en el INEGI. Es decir, planicies, lomeríos, montañas, sierras y sus variantes, por composición, altitud, latitud, pendiente, u otra característica distintiva. Es así como podemos tener planicies costeras, kársticas, palustres, planicies kársticas a diferente altitud 10, 20, 30 o más msnm, en escalones, inclinadas, onduladas, etc. Lomeríos alineados, aislados, grandes, medianos, pequeños, o lomeríos por forma, conos, cúpulas, entre otros; y montañas chicas.

El relieve modelado puede estudiarse incluyendo la densidad de depresiones kársticas a escala 1:50 000, como ya se ha explorado en el caso de estudios sobre la vulnerabilidad del territorio a procesos de contaminación del agua subterránea, como por ejemplo el modelo IVAKY (Aguilar et al., 2016). Ya en esta escala caben algunas depresiones kársticas grandes tipo uvalas y poljes. A escala de facie 1:25 000 ya será posible representar geográficamente a muchas dolinas grandes. A escala de formas del terreno 1:5 000 será posible representar a las dolinas medianas; sin embargo, muchas, miles de dolinas pequeñas aun no será posible su representación en mapas de manera individual, por lo que sería necesario agruparlas.

En una próxima nota hablaremos del karst por abajo, con lo cual pretendemos cumplir con los objetivos de la AMEK.