Oscar Frausto y José Francisco Rodríguez Castillo

Miembros de la AMEK

Los instrumentos de planificación territorial en territorios kársticos se centran en la potencialidad de desarrollo regional a través de la instauración e implementación de actividades económicas y sus restricciones donde se deben de destacar los elementos azonales de alta heterogeneidad y complejidad a nivel geotopos, relieve estructural y riesgos naturales asociados vinculados a los paisajes kársticos de la península de Yucatán.

Lo anterior determina una fragilidad de los sistemas kársticos con alta vulnerabilidad a la intervención de las actividades humanas no solo primarias (agricultura, ganadería, forestería), sino también a las actividades secundarias (industria de la extracción de materiales, agua y suelo) y terciarías (turismo, urbanización, transporte y comunicaciones). En específico, los principios de la gestión pública de terrenos kársticos deben de estar centrados en las necesidades de los tomadores de decisiones.

El estudio sobre la susceptibilidad de territorios en la Península de Yucatán ha sido prospectivo, reconociendo la exposición del territorio a escalas generales y su diferenciación en función a los movimientos del terreno ya sea por hundimientos o subsidencias. Además, se ha señalado un énfasis en la diversidad en las escalas de implementación, sin embargo, no se ha resuelto su aplicabilidad en grandes obras, como lo es “El tren maya”.

La inclusión de elementos kársticos en los planes de ordenamiento territorial es prioritaria. Por un lado, se deben de incluir las formas del relieve principales ya sea por su singularidad, espectacularidad o por sus problemáticas asociados. Así, los montículos, valles ciegos, dolinas o cavernas se vuelven parte de los atractivos o patrimonios locales que, bajo un esquema de valor, servicios ecosistémicos o vínculos socioculturales serán regulados por las administraciones locales.  Para el caso de los asentamientos humanos (de rápido crecimiento, alta densidad y de explotación extensiva), ubicados sobre sistemas kársticos, alteran las condiciones necesarias para el equilibrio en esos sistemas, siendo una preocupación la escala de la resolución de los estudios a nivel urbano y de detalle.

Para ello, el reto de la planificación urbana es la identificación de las formas kársticas a escala detallada, que permita la realización de inventarios, reconocer los servicios ecosistémicos y evaluar la competencia con el uso del suelo; para ello, se recurre a una aproximación técnica centrada en el uso de las tecnologías para generar insumos en el reconocimiento y la caracterización de las unidades a través de la percepción remota en relieves de bajo contraste y su compatibilidad con el uso del suelo y los servicios ecosistémicos.

Así, bajo la aproximación técnica es posible reconocer más de 10 672 depresiones kársticas en todo el municipio de Solidaridad, Quintana Roo.  El 62% son dolinas o dolinas – úvalas. Se reconocieron todas las unidades con más de un metro de profundidad (la máxima profundidad es de 44 m). Esta información es útil para la planificación de obras cómo el Tren maya, el plan de desarrollo urbano y los instrumentos de ordenación territorial.

Si deseas conocer más información sobre el karst y la planificación, consulta: Frausto – Martínez, O., Colín Olivares, O., & Rodríguez-Castillo, F. (2021). KARST IN THE CITY: URBAN SPACE PLANNING OF COZUMEL CITY, MEXICO. Tropical and Subtropical Agroecosystems, 24(1).